Almendras, cacahuetes, piñones, nueces, avellanas o pistachos; son alimentos que suelen acompañar a nuestros platos del día a día, aperitivos y postres. Se han ganado mala fama por su elevado contenido calórico, pero eso no significa que debamos obviarlos de nuestra dieta diaria. ¡Son saludables a rabiar! No son sólo grasas y calorías lo que nos aportarán, ya que tienen una calidad nutricional sobresaliente.
Su proporción en grasa es más que considerable, pero también tienen una cantidad muy interesante en proteínas de origen vegetal. Según el tipo de fruto seco debemos destacar también su contenido en vitaminas, especialmente del grupo B, y en ácidos grasos esenciales (ácido linoleico y linolénico), nutrientes que el organismo humano es incapaz de sintetizar y que resultan vitales para la formación de las membranas celulares, particularmente de las células nerviosas. Son también una de las fuentes vegetales más abundantes en vitamina E.
Podemos recalcar además estos alimentos como una buena fuente de magnesio (manteniendo el sistema nervioso en perfecta salud); fósforo y calcio (con un papel esencial en el mantenimiento de los huesos y dientes); y zinc y selenio (con una acción antioxidante).
Su gran contenido en fibra insoluble favorece además la movilidad intestinal y combate el estreñimiento.
Los esteroles vegetales presentes en su composición moderan la absorción de colesterol, favoreciendo su eliminación, ayudando a controlar de forma más eficaz sus niveles en sangre. Por tanto, especialmente las nueces, pueden tener un efecto preventivo de las enfermedades cardiovasculares.
Buenos en situaciones de esfuerzo intelectual y de desgaste físico por su contenido en fósforo y su alto valor energético. Ideales también para dietas vegetarianas, por su cantidad en proteínas, siendo una buena fuente de calcio de origen vegetal.
Os recomendamos que los incorporéis de forma habitual en sopas, ensaladas, carnes, pescados o postres, ya que nos aportan muchísimos beneficios. Eso sí, tan sólo un puñadito: alimento 100% recomendable, pero ¡siempre con moderación!